El paso del tiempo es algo relativo para cada uno de nosotros; es algo común el sentir que el tiempo pasa realmente rápido cuando lo estamos pasando bien o estamos haciendo algo que realmente nos llama la atención y nos gusta, mientras que muchas veces parece que el tiempo es eterno cuando estamos aburridos o lo que estamos haciendo nos disgusta. Con esta línea temporal pudimos ver claramente el paso del tiempo en el que cada número simbolizaba un año de la vida en concreto.
En cuanto a los recuerdos, se planteó en la clase el sí recordábamos momentos relacionados con cada año, representándolo en una línea temporal y, si era así, qué recuerdos asociados a cada momento de nuestra vida eran los más fáciles de evocar: aquellos buenos, en los que nos habíamos sentido felices o, por el contrario, nos era más fácil recordar aquellos más dolorosos o negativos. Al final, ¿ambos dejan marca por igual, o predominan unos sobre otros?
Al observar la línea temporal, pudimos ver que abundaban recuerdos de lo más variados, asociados a un momento en específico de la línea temporal, y que predominaban sobre todo los dibujos referentes a edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, disminuyendo según se alejaban de esta franja, y teniendo muy pocos después, hasta finalizar en los 53.
Con esto, pudimos observar cómo los 18 años marcaron realmente a bastantes compañeras, ya que era la cifra con más memorias representadas. Puede que sea casualidad, o también puede ser que este número simboliza el paso de una etapa a otra de la vida para muchas personas, además de ser la edad con la que en nuestro país pasas a ser considerado un adulto.
En mi caso, al llegar tarde a la dinámica elegí centrarme en dos años concretamente. En el espacio de los 25 años dibujé una mano haciendo el símbolo de victoria, ya que es con 25 años la edad con la que comencé esta carrera, y eso representaba también mi ilusión y motivación por comenzar estos estudios. Además, dibuje una especie de planta (intento fallido de hacer algo parecido al árbol Yggdrasil, de la mitología nórdica) en el 17, ya que este fue el año en el que comencé a superar varias cuestiones personales que hasta ese momento llevaba conmigo.
Nuria Lorenzo
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