En la sesión de hoy, nuestras compañeras trataron el tema de
la percepción de uno mismo: para ello, pusieron un capítulo de la serie “My Mad
Fat Diary”, donde seguimos las distintas problemáticas por las que pasa la
protagonista, Rae, debido a cómo se percibe a sí misma y el rol que debería
ocupar en el entorno del instituto y sus relaciones, todo ello condicionado por
su físico (concretamente, por su metabolismo y peso).
Toda esta percepción deriva hasta el punto en el que no
acepta que le guste al chico con el que esta saliendo, ya que considera que no
tiene el físico necesario para estar a su altura. También se muestra cómo esto
afecta a su relación de pareja a la hora de mantener relaciones sexuales, ya
que la protagonista siente que” es mejor romper con el hombre de sus sueños
antes que dejar que la vea desnuda”.
Me llamaron la atención varias coas a lo largo del capítulo,
pero este pensamiento de la protagonista fue algo que me impactó e hizo pensar,
ya que en nuestro día a día podemos cubrir nuestro cuerpo y modificarlo de
diversas formas para proyectar la imagen que deseamos mostrar a los demás y a
nosotros mismos; puedes vestir lujosas marcas para representar estatus o
riqueza, puedes maquillar o pintar tu cuerpo, e incluso colorear tu pelo para
adoptar el aspecto deseado, pero al final en última instancia todo esto no es
más que puro adorno. Nuestro cuerpo desnudo es la imagen más sencilla y
vulnerable que podemos mostrar de nosotros; las inseguridades y lo malo que usualmente
podemos camuflar queda al descubierto al mostrar nuestra desnudez tal cual. Y quizás
es esto último lo que más miedo da a nuestra protagonista, el mostrar tanto
todo lo bueno como todo lo malo que el caparazón que conforma su cuerpo sobre
lo que es ella puede proyectar y ser juzgado por los demás.
Ésto es algo que se ha explorado a lo largo del tiempo, y
las infinitas filosofías que hablan de cómo nuestro ser se conforma de cuerpo y
alma. En pensamientos más modernos podemos ver este pensamiento plasmado en ideas
como el manga y posterior película “Ghost in the Shell”, en el que se debate
que es lo que nos hace humanos, si el cuerpo es tan solo una cascara para el
ama que es lo que define como somos, o por el contrario es el cuerpo y no lo
contrario.
Yo creo que nuestra personalidad y pensamiento es lo que
conforman el quiénes somos: el cuerpo es algo que nos puede ayudar y acompañar
para proyectar nuestra imagen y quiénes somos, pero no deberíamos dejar que el
exterior definiera el cómo nos vemos o lo que proyectamos a los demás. Si bien
ayuda y podemos usarlo para expresar aquello que deseamos, debemos aprender que
nadie es perfecto, todos tenemos defectos, nuestras característica físicas son acompañantes
y no determinantes de quienes somos como personas.
Entiendo que la protagonista pasa por una etapa bastante delicada
para este tema como es la adolescencia, y tendrá por tanto que aprender a
aceptar sus defectos y no dejarse reducir por estos. Es por ello que como
educadoras debemos ayudar a que los niños desarrollen una buena percepción de sí
mismos y una autoestima saludable, en la que se encontrarán con complejos y
problemáticas debidos a su físico o personalidad, pero sabrán afrontar estos y
no llegar a extremos tan poco saludables como los vistos en este episodio.
Así mismo, terminada la actividad, continuamos con el tema
del ideal de belleza representada en el dibujo infantil, en el que pudimos ver como
la percepción física de lo que es la belleza de los más pequeños están marcados
también, de los estereotipos y complementos que marcan a sus contemporáneos
adultos. La abundancia de niñas-mujer representadas con el canon clásico de tez
rosácea/clara, de ojos azules y pelo rubio estaba bastante marcada, además
pudimos observar gracias a las fotos la sexualización en los dibujos y en
algunas de las niñas que precian en las fotografías.
Esto nos lleva a reflexionar cómo parece que la hipersexualización
de los más pequeños es algo evidente, ya que observamos que gracias a los
medios de comunicación y productos de consumo dirigidos a los más pequeños la imagen
que les llega hace que éstos sean cada vez más precoces en este aspecto. Esto
también es algo que como educadores, e incluso adultos, nos debería hacer
reflexionar sobre cuáles son los modelos de referencia que estamos
transmitiendo a los niños.
Por último, concluimos hablando del dibujo infantilizado en
el aula y del uso de plantillas y dibujos preestablecidos por el adulto, cómo
estos no son buenos para los niños y cómo no ayudan a que estos expresen y
desarrollen sus capacidades plenamente. Éste último tema es algo bastante
interesante y que me ha hecho reflexionar el cómo es posible plantear otras
alternativas para dejar que el niño aprenda y plasme las cosas sin ser coartando
por el adulto, por más buenas intenciones que este tenga, hay que dejar que el
niño extraiga de la realidad aquello que vea y experimente y dejar que este lo
exprese a su manera.
Nuria Lorenzo
Gracias Nuria es un tema fascinante, hay que atreverse a aprender de los niños
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