Mientras la veía, me quedaba más impactada por las actuaciones del protagonista, Shaun, que es un joven médico, con autismo. La serie nos muestra como Shaun consigue salvar la vida de un niño tras caerle encima un cristal en el aeropuerto. Me quedé muy sorprendida por ver cómo Shaun actuaba frente a los demás, y por ver cómo le costaba representar ansiedad o estrés por el niño en ciertas ocasiones.
Lo peor vino cuando este acudió al hospita donde iba a ser contratado, y le juzgaron desde el principio (sin ver cómo ejercía de médico) por el simple hecho de ser autista. Me conmovió ver cómo ayudaba a salvar al niño y cómo recordaba su pasado a la vez.
Fue una serie que me encantó, y no esperaba que fuese así. Me parece increíble y magnífico que hagan este tipo de series para concienciar a la gente de, en este caso, el autismo, y de que no hay que tratar a estas personas como bichos raros incapaces de hacer nada. Me entristece ver cómo la gente, por incultura, traten así a las personas por creer que son "distintas" a ellos, y creo que lo que transmite esta serie es totalmente necesario en la sociedad. Los prejuicios, las diferencias y lo que creemos inferior hacen que la sociedad vuelva hacia atrás y que no avancemos.
Nerea Moral de castro
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