miércoles, 22 de mayo de 2019

Visita de exposiciones en El Retiro






Como el viernes 7 de Mayo no dimos la clase, la profesora nos propuso visitar dos exposiciones situadas en el retiro para sustituirla.
Debido a la disparidad de horarios y organización personal de los miembros del grupo, finalmente quedé en acudir a las exposiciones con Nerea.

La primera exposición era del escultor estadounidense Charles Ray, en el Palacio de Cristal. La verdad es que me pareció que el espacio del pequeño edificio de cristal era perfecto para mostrar las esculturas, al estar éstas repartidas por la sala te daba libertad para rodearlas e intentar interpretar lo que representar las figuras, además de que la luz de sol que se filtraba por las cristaleras incidía en las figuras dándole cierto aspecto idílico al conjunto.

"Shoe Tie" [Atarse los zapatos] 2012
Me impresionó el realismo de las figuras y lo inusual de sus detalles: por ejemplo, en la figura “Atarse los zapatos”, podemos ver cómo el niño está agachando realizando el gesto de atarse los cordones, pero en verdad no hay cordones ni ningún otro elemento, sólo la figura desnuda realizando la acción.
Eso te hace preguntarte el por qué de ese gesto o de la desnudez del niño, por lo que acabas observando más veces la escultura intentando descifrarla o darle un sentido, lo que me parece que es genial en una obra; que te invite a pensar y elaborar tus propias teorias de por que es así o que representa la obra.

Las otras esculturas eran un autorretrato del artista a caballo sosteniendo unas riendas invisibles ( como el niño que pretendía atarse los cordones), un chico vestido de romano y una mujer desnuda tumbada.
Una de las figuras que más me gustó fue la de la mujer desnuda, que estaba colocada tumbada en una pose muy clásica, pero al contrario que las antiguas esculturas esta no estaba idealizada, sino que mostraba una figura más bien robusta y si, te fijabas en algunos detalles, como en el cuello o en la cara, podías apreciar algunas arrugas. La figura seguía siendo un desnudo muy bonito, pero era algo más realista que las figuras perfectas de la antigüedad.
El nombre de la escultura “Reclinig Woman” me hizo reflexionar sobre la idealización del cuerpo de la mujer en el arte, y de cómo las mujeres parecemos estar obligadas a dar cierta imagen, no solo en el ámbito personal, sino también en la representación de la mujer en los medios y la cultura visual. Es genial que todo esto vaya cambiando y cada vez sea menos inusual ver representada la figura femenina de una forma más natural y realista.

"Reclining Woman"  [Mujer reclinada] 2018


La segunda exposición era la del artista japonés Tetsuya Ishida, en la que se mostraba una serie de cuadros que representan retratos de personajes de lo más variopinto, dentro de lo que parecía el tema recurrente del sufrimiento y aislamiento del ser humano en el Japón de los 90’s. Me encanta la cultura japonesa, por lo que ya conocía un poco la figura del “salary man” y su contexto, representada por el autor en muchos de sus cuadros, pero me resultó igualmente duro de ver.
"Supamaketto" [Supermercado] 1996
Podemos ver a lo largo de los cuadros cómo el ser humano se robotiza cada vez más para adaptarse a la demanda del mercado, que necesita trabajadores perfectos antes que personas. El trasfondo de los cuadros era muy industrial y frío, pero reflejaba también mucha naturalidad y momentos cotidianos del día a día. Algo que me llamó la atención era que las caras eran muy parecidas en todos los cuadros, por lo que todos los personajes parecían ser el mismo. Me recordaban a esos personajes literarios que apenas tiene personalidad o descripción, y con el que todo el mundo parece identificarse. Los ojos, además, eran también algo muy característico, que parecía expresar los sentimientos tras las caras estoicas de los personajes.

En algunos cuadros, el artista acompañaba o fusionaba a personajes humanos con distintos animales. En ese momento la sensación que éstos me transmitían y el simbolismo de los animales me recordaron a la película “The lobster” (película que trata de un futuro distópico en el que los seres humanos se transforman en animales si no tienen pareja), que no tiene porque ver nada con lo que el autor intentaba transmitir , pero me pareció curioso que me acordara de esa película mirando los cuadros.


Cartel de la película "The Lobster"
"Kyori" [Distancia] 1999

















Uno de los cuadros que más nos impactó a las dos fue el de “Shuyin” (Prisionero), en el que se puede ver la figura gigante de un niño literalmente atrapado en el edificio que es la escuela. Esto te hace pensar hasta qué punto el artista ve la sociedad en la que vivía como una cárcel, donde te preparan desde niño para ser el mejor modelo posible de trabajador y ciudadano, perdiendo tu individualidad para lograr lo que la sociedad y el capitalismo esperan de tí.


Es una visión bastante pesimista y catastrofista de la sociedad japonesa, pero creo que todos nosotros podemos empatizar con alguna de las cosas que transmite la obra, y, aunque no era una temática alegre o agradable, disfrute mucho con la exposición.



"Shuyin" [Prisionero] 1999

"Maigo" [Niño perdido] 2004



Nuria Lorenzo


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